sábado, 25 de octubre de 2014

Empezamos!

...Érase una vez una mujer hermosa y trabajadora que decidió ser mamá... Después de un embarazo tranquilo y sin problemas, en el que por cierto solo cogió 9 kilos, tuvo un parto maravilloso, corto e indoloro, y dió a luz a un bebé sano y con carita de ángel... Instantes después, piel con piel, se agarró al pecho de su madre y comenzó la mágica unión de la lactancia...


Me despierto bruscamente por el llanto de la niña. Son las 4 A.M. y creo que he dormido unos veinte minutos en las últimas 12 horas. Me saco el pecho (¿qué lado nos tocaba ahora?), me coloco la pezonera y tras un par de minutos de forcejeo consigue agarrarse. Le doy de mamar con algo de dolor, pensando si necesitará un poco de leche de fórmula en esta toma.


Definitivamente, creo que me vendría muy bien escribir un blog.


Empiezo a pensar temas y se me ocurren muchísimas ideas, pero es imposible encontrar el momento para escribirlas. Además, hay muchos blogs geniales sobre maternidad! Van pasando las semanas, los primeros meses son duros, descubro que tengo un bebé de alta demanda, me reinvento cada día y poco a poco se hace la luz y comienzo a disfrutar de algunos ratitos. Me apetece recordar nuestras primeras aventuras y dificultades, especialmente con la lactancia y el sueño, que ahora pueden ser útiles a otras mamás, igual que yo me he empapado de otros blogs desde que nació Piña (6 meses y parece que llevemos juntas toda la vida!)

Esta es mi historia de mamá recién estrenada, que no se parece mucho a la que imaginaba en sueños...

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