viernes, 2 de enero de 2015

Bebés de alta demanda: no eran imaginaciones mías...

Todo empezó buscando por la red información sobre los niños "llorones", un día de tantos que andaba yo desesperada por casa, con Piña encima berreando, a pesar de que a mi corto entender no tenía muchas razones para ello, y con la sensación de que estaba cada vez más nerviosa. Por supuesto mi obsesión era averiguar qué estaba haciendo mal. Buscaba la respuesta a por qué mi bebé estaba siempre inquieta, en tensión, llorosa; sin que me consolaran las típicas respuestas de la gente que te rodea (cólicos, gases, dientes... Y la peor de todas!: la has acostumbrado a los brazos...)



El término de "bebé de alta demanda" o "alta demanda afectiva", traducción de "high need baby", fue creado por el Dr. Sears, pediatra americano y padre de familia numerosa, que observó al nacer su cuarto bebé que su comportamiento era diferente a sus hermanos. Cuando empecé a leer toda la descripción en su web no podría creerlo: "¿cuando ha conocido este médico a mi hija?". Esa pregunta nos la debemos hacer todos los que tenemos un bebé así, y es que si tienes dudas de si tu hijo cumple estos requisitos, la respuesta es que No es de alta demanda. En el caso de que sí lo sea, lo verás clarísimo rápidamente!

Os copio a grandes rasgos las características de los bebés de alta demanda según las describe este doctor, muchas se solapan entre ellas. Mi hija las cumple todas, a rajatabla. Algunas de ellas merecerán un post:

- Intensos: Es un gran adjetivo que quizá por si solo podría describir a mi bebé. Piña no conoce el término medio, cada instante de su corta vida lo ha llenado de intensidad. Intensidad para llorar, para reir, para moverse, para mamar... Si está feliz, tiene la sonrisa más grande del mundo, se parte de risa, te contagia y te enamora en un segundo. De ahí pasa al extremo opuesto a toda velocidad, llorando sin parar y con un volumen tal que me ha parado gente por la calle para preguntar qué le pasa...
- Hiperactivos, siempre alerta: No se refiere al término psicológico, sino a la gran actividad que llevan estos niños, que son auténticos terremotos. Mi bebé no aguanta ni un minuto en ninguna superficie que no se mueva, digamos minicuna, cuna, capazo, hamaca, camas varias... No para de mover las piernas, y doy fé de que esto ocurre desde mucho antes de nacer. Esto le hace tener una fuerza increíble para su edad, es puro músculo! Cada cambio de pañal es una aventura, y alguien que no esté acostumbrado a manejar bebés no puede ni ponerle un body. Palabrita.
- Maman a menudo: Con ocho meses todavía necesita mamar con frecuencia, incluyendo varias tomas nocturnas que acompaña de pataditas en mi estómago. Si me encontrara con el genio de la lámpara solo pediría una noche de sueño sin interrupciones.
- Exigentes: Tienen mucho carácter, saben bien lo que quieren y no tienen reparos en compartirlo. A gritar se ha dicho.
- Insatisfechos: Has dormido media hora en todo el día, estás paseando con tu bebé en brazos o porteándolo, está limpio, comido e incluso no parece que tenga sueño. A pesar de todo, muchos ratos no parece contento y sigue inquieto, como si no tuviera sus necesidades cubiertas. Siempre parece que le falta algo, algo imprescindible para que se parezca a ese bebé que tuvo tu amiga, que lo mete en la cuna y como un gatito se duerme al instante... 
- Impredecibles: Tardas una semana en descubrir que si a las 22:07 lo coges con el brazo derecho y le cantas la segunda estrofa de una nana, se duerme más o menos con facilidad. Al tercer día, cuando crees que quizá hoy lo consigas a las 22:06, ya no funciona. Ni la postura, ni la canción, ni nada de lo que habías logrado. Y vuelta a empezar.
- Se despiertan a menudo: Y no necesariamente por hambre. Piña tiene muchísimos despertares y en algunos de ellos se despierta por completo y está feliz, como si no necesitara descansar más, con ganas de cachondeo. Ella no sabe todavía qué significa que la aguja pequeña esté en el 3 y la grande en el 6. A menudo necesita mucho rato de paseos y teta para volver a dormir, lo que hace muy divertidas las noches.
- Necesidad de contacto físico contínuo: La niña lapa desde que nació. El tema de los "bracitos" habrá que comentarlo otro día, para desahogarme más que nada. Solo diré una cosa: viva el porteo!
- No se calman por sí solos
- Muy sensibles a la separación: Yo había leido que la angustia de separación empieza hacia los ocho meses del bebé, pero la mía parecía traerlo de fábrica... Es bastante llamativo desde el principio que apenas pudiera soltarla unos segundos para ir al baño. Ah no, si al final también me la llevaba allí muchas veces...
-Hipersensibles: En resumen, podria describir a Piña con dos palabras: intensidad y sensibilidad. Y es que una vez que lees y lees sobre los niños de alta demanda, entiendes que son bebés con una sensibilidad especial y exagerada, que necesitan más contacto, más estímulos, más movimiento, más paciencia, más de todo.

Habrá quien piense que esto de la alta demanda es un cuento chino, quizá yo misma hace un año, que todos los niños son parecidos, algunos más llorones y punto. Pero ahora, en mi vida 2.0, con muchos bebés de amigos cerca, estoy convencida de que mi hija tiene algunos detalles diferentes, que se han suavizado mucho al pasar los meses, y que encajan a la perfección en las explicaciones del doctor Sears. Por supuesto, leerlo no me ha dado más horas de sueño, ni tengo la solución a ningún problema, pero sí el consuelo de que hay muchos otros niños similares (dicen que hasta un 10% de los bebés es de alta demanda) y otras madres que lo han pasado fatal pero poco a poco lo han dejado atrás.

En esta página podréis aprender mucho más.

¿Vuestro bebé es de alta demanda? ¿Qué ha significado para vosotros?

Hasta pronto, un beso!




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